miércoles, 6 de marzo de 2013

¡MUERTO CHÁVEZ, UN FASCISTA MENOS!



Con la muerte de Hugo Chávez se va terminando poco a poco un periodo específico del capitalismo burocrático en Venezuela, aquel que revistió formas fascistas y corporativas. Su sucesor Nicolás Maduro tratará de sostener ese proyecto, pero no durará mucho. Con el gobierno de Hugo Chávez, el imperialismo y la gran burguesía, facción burocrática, lograron detener por cerca de dos décadas la lucha de las masas populares en Venezuela después de las luchas violentas del “caracazo” en los años 90 del siglo pasado. Es decir, lograron conjurar la rebelión de las masas pobres que se veía venir en ese país a fines del siglo XX.

Más allá del discurso “nacionalista” y “revolucionario” de Chávez, ¿en la práctica qué cambios ha habido en Venezuela? Ninguno de trascendencia. Ese país sigue siendo el principal proveedor de materias primas como el petróleo para los países imperialistas incluido los propios EEUU. Venezuela no tiene industrias pesadas de alta tecnología como propiedad del pueblo, tan solo de ensamblaje automotriz, productos livianos, medicinas, etc.; en tanto que China y Rusia le han otorgado préstamos por cerca de 135 mil millones de dólares para sostener al viejo Estado burgués-terrateniente venezolano, es decir sigue siendo un país semi-colonial. En el plano de las contradicciones en el campo, es precisamente Venezuela uno de los países con mayor concentración de tierra en pocas manos, con gran haciendas que llegan a tener varias decenas de miles de hectáreas mientras hay millones de campesinos pobres con poca tierra o sin tierra a los cuales se les engaña con las migajas de las misiones estatales, la semi-feudalidad está intacta. En concreto, Chávez y su gobierno representan la contra-revolución, el fascismo y el servilismo al imperialismo, más allá de los discursos “nacionalistas” y de las dádivas que entrega a los pobres; en el plano internacional cumplía el papel de sostener a otros gobiernos fascistas como el de Rafael Correa en Ecuador, a los revisionistas hermanos Castro en Cuba y otros. 

La muerte de Hugo Chávez y la paulatina terminación de su proyecto fascista van quedando desenmascarados ante los ojos de las masas populares; ya pasó antes, en el siglo XX, con los gobiernos fascistas y corporativos de la burguesía burocrática de Velasco Alvarado en el Perú (décadas del 60-70), Juan Domingo Perón en Argentina (años 50), Rodríguez Lara en Ecuador (años 70) y otros, que luego de culminar sus periodos por completo, el pueblo se dio cuenta de la gran estafa de la cual habían sido víctimas pues en la práctica siguieron siendo pobres y los ricos estuvieron más ricos. Y claro, ese gran engaño contó – ¡cuándo no!-con la ayuda del revisionismo y el reformismo. 

Por otro lado, la muerte de Hugo Chávez, debilita el proyecto de las burguesías burocráticas en la región, pues con la bonanza petrolera de Venezuela sostenía a Cuba y otros países; a su vez era unos de los pilares del “socialismo del siglo XXI” que es el “socialismo” deseado por el imperialismo, es decir puro reformismo burgués condimentado con fascismo y corporativismo.

El proletariado y los pueblos oprimidos, los comunistas y revolucionarios no tenemos vela en este entierro burgués, no tenemos nada que llorar ni enlutar. Que lloren la burguesía burocrática venezolana por la muerte de su caudillejo, que lloren los gobiernos fascistas de Correa, Humala y Evo por la partida de su compinche, que lloren los inversionistas petroleros norteamericanos y chinos por la partida de su compañero de negocios, que lloren los reformistas, que lloren los revisionistas hoxhistas como el PCMLE, o los seudo-maoístas como Echazú en Bolivia u Odio de Clase en España, que lloren los incautos e ingenuos, los confundidos y sin norte…, pues en la colina del pueblo debemos ver cómo contribuir a una verdadera revolución en Venezuela.

¿Qué revolución necesita Venezuela? La verdadera revolución en ese país es aquella que confisque las grandes empresas, bancos y fábricas de la gran burguesía y las ponga en administración directa por los consejos de obreros; que confisque las grandes haciendas y las reparta gratuitamente entre los campesinos pobres bajo la consigna “la tierra para quien la trabaja”; que rompa radicalmente con la opresión imperialista, tanto EEUU, como China, Rusia o cualquier otro país imperialista y que simultáneamente industrialice al país; es decir, la revolución de Nueva Democracia que, bajo dirección proletaria, transforme a Venezuela de un país semi-colonial y semi-feudal a un país independiente, industrializado, próspero, democrático y de una gran cultura de masas, en rumbo al socialismo y comunismo. 

El imperialismo, la reacción y el revisionismo, seguirán utilizando la figura de Hugo Chávez en tanto y cuanto les permita seguir confundiendo y dividiendo a las masas populares en América Latina, en tanto y cuanto les permita frenar y descarrilar la lucha independiente de las masas populares y sobretodo en tanto y cuanto les permita conjurar la rebelión de los oprimidos; sin embargo, poco a poco en amplios sectores de masas se va despertando de este prolongado letargo, y en ese camino, la figura y gobierno de Chávez quedarán en el olvido, como un simple recuerdo más de las múltiples estafas políticas de las que ha sido víctima el pueblo y de las que ya no deberá volver a caer; entonces, vendrá la época de los verdaderos revolucionarios, la de los partidos comunistas maoístas militarizados, la de las guerras populares en América Latina y el mundo entero con rumbo al luminoso y dorado comunismo.

COMITÉ DE RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR
06/03/2013

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